Para alguien que no haya vivido en Suecia alguna de las situaciones puede ser extraña o incomprensible, pero si has vivido durante algunos meses en el país seguro que te son familiares. Si sabes hablar sueco, entenderás todo lo que dice en el vídeo, y si sabes leer inglés también. Para el resto, aquí va un resumen de algunas de las situaciones más graciosas (y verídicas) que salen, en orden de aparición:
- “Traerse la manta es importante”: En Suecia, la gente usa mantas en cualquier sitio, no sólo en casa. Es muy habitual ver a los suecos tomar algo en una terraza en otoño o primavera y aguantar estoicamente temperaturas que a un español le harían encender la calefacción armados sólo con una manta, como si fuera el aislante térmico más avanzado del mundo.
- “Gracias por las gracias”: Tack, la palabra para decir gracias, se usa hasta en la sopa. Vale, “Gracias por las gracias” es una exageración, pero no queda muy lejos de la realidad.
- “Estoy de baja por paternidad”: En Suecia la baja por maternidad no es sólo para la madre; una pareja puede decidir quién está de baja y por cuántos meses, hasta un máximo de 18 en total.
- “Debería importarte una mierda”: Los suecos tienen fama de usar insultos a diestro y siniestro, insultos en inglés también (probablemente por aprender inglés a base de ver televisión en inglés). Así que empezar un curso de idiomas por los insultos sería muy recomendable.
- “El orden del Smorgasbord de navidad está mal”: El Smorgasbord es una especie de buffet típico de navidad, de lo más característico de la gastronomía sueca. Y el orden es importante: las ensaladas, mariscos y pescados vienen primero, la carne a continuación y finalmente el postre (es más complicado que esto, pero con estas indicaciones basta para no desentonar).
- “Los suecos son ingenuos, puntuales y sobre todo muy reservados y con un pánico aterrador a cagarla”: Cierto. Todo cierto. ¿Tópicos? Mentira. ¿Estereotipos? Para nada. Los suecos tienen compulsión por ser puntuales, viven en un país ultraprotector que les permite ser ingenuos (y provoca que aparezcan en periódicos por situaciones variopintas cuando salen al extranjero), no sabe afrontar una cagada propia o ajena y son tan reservados que a veces parecen antipáticos.
- “Esperad a que la que se ha colado no os pueda oír para ponerla a caldo”: Otra de las características de los suecos es su aversión por cualquier tipo de confrontación, por lo que si tienen que poner verde a alguien se asegura de que esa persona no les pueda oír, incluso cuando tienen razón en quejarse.
- “Muy bien, nadie ha dicho ni mú en el ascensor”: Las temidas conversaciones de ascensor no existen en Suecia. Si entras en un ascensor con desconocidos, nadie dice nada. Ni hola, ni buenos días, ni adiós. También es habitual evitar el contacto visual. Siempre.
- “Ahora cada uno que pague su parte”: Da igual que el gasto total sean cinco euros, en Suecia cada uno paga lo que consume. Lo de “yo pago la primera ronda de cerves” aquí es inaudito y a un sueco le puede resultar incluso brusco: les estás obligando a consumir más para pagarte otra ronda, aunque no quieran seguir bebiendo.
- “Esperad a que el vecino entre a casa, no queremos arriesgarnos a tener contacto social innecesario”: De nuevo, la timidez sueca. Los suecos son así de reservados, esto no es una exageración. No puede ser casualidad que después de tres años casi no me haya cruzado con vecinos en las escaleras.
- “Ya son las 7.00, ya podéis llamar al timbre”: Aquí la “puntualidad” española está muy mal vista. Todos son extremadamente puntuales, algunas veces llega a ser enfermizo.
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