sábado, 7 de agosto de 2010

Mis primeros días en Estocolmo. El infierno de buscar piso

Terminé mi post anterior subiéndome a un avión de camino a Estocolmo, y comienzo este post justo después de aterrizar. Afortunadamente no tuve ningún problema con el equipaje, por lo que pude subirme a un taxi de camino al que iba a ser mi alojamiento temporal por tiempo indeterminado: el hotel Micro. A pesar de que sus habitaciones son poco más que camarotes de barco, su proximidad a mi universidad y su precio (el más barato de Estocolmo) lo convertían en la mejor opción.

A mucha gente le puede parecer increíble que sea tan complicado encontrar un sitio donde vivir en una capital europea. Normalmente si estás dispuesto a pagar puedes encontrar alojamiento en Madrid, Paris, Londres... donde sea. Pero no es Estocolmo. La situación se ve agravada por la abundancia de scammers (timadores) que se aprovechan de desesperados para intentar estafarles a través de internet, pretendiendo alquilarles un piso inexistente. Es curioso que la procedencia de la mayoría de estos scammers sea Nigeria, parece que han encontrado un filón.

Otras personas pueden pensar que la universidad debería haberse preocupado un poco más e intentar buscarnos algo a todos los estudiantes. Cierto. El problema es que el número de estudiantes internacionales creció desmesuradamente al pasar de enseñar en sueco a enseñar en inglés y la SSE no estaba preparada para buscar alojamiento a todos los estudiantes que lo necesitaban. Eso sí, intentaron facilitarnos nuestra búsqueda en la medida de lo posible dándonos una lista de páginas web en las que buscar piso y apuntarnos por si sonaba la flauta. La principal de esas páginas es la del SSSB (svenska-no-se-que-leches-bostader), donde se apuntan todos los estudiantes que tienen pensado cursar estudios de grado o de postgrado en Estocolmo. El problemilla es que los estudiantes internacionales no tienen posibilidad alguna de encontrar nada. A los suecos les pirran las colas y los sistemas perfectamente organizados, la igualdad absoluta de oportunidades, etc etc. Por ello, el portal SSSB está organizado de manera que empiezas a acumular un crédito por día desde que te apuntas a la lista de espera. El sistema no está del todo mal, pero existe un pequeño problemilla: los suecos se pueden apuntar desde los 16 años, con lo que prácticamente todos los suecos van a tener unos 700 puntos cuando tu tengas 50. Aquí no funciona el "maricón el último", así que para los estudiantes internacionales la única posibilidad es que se les aparezca la virgen y encontrar un piso de "última hora", que con esos sí que vale el MEU.

Total, que ya estaba en Estocolmo compuesto y sin piso. Al menos la primera semana era muy light, de introducción, y eso me daba tiempo a estar conectado a internet intentando encontrar algo en una página llamada Blocket, que es estilo segundamano.es. Blocket es muy popular, y hay mucho movimiento de pisos en este portal, pero normalmente si no eres sueco llevas las de perder. Aun así, 10 días después de llegar, el 1 de septiembre, ya estaba mudándome a lo que iba a ser mi residencia temporal durante el mes de septiembre: un piso de 40 metros cuadrados en Kungsholmen, cerca de la estación de metro de Throrildsplan. Aunque el alquiler me salió por un ojo de la cara, se puede decir que fui afortunado. La pega: el 7 de octubre como tarde tendría que estar viviendo en otro sitio.

Todos los estudiantes internacionales que conozco pueden contar historias para no dormir relacionadas con la búsqueda de piso muy parecidas a la mía. Parece mentira que en una capital europea los estudiantes internacionales vivan con esa sensación de inseguridad e incertidumbre.

Esta fue mi primera experiencia negativa con Estocolmo: su descabellado problema de vivienda. En el siguiente post hablaré sobre mi primera experiencia positiva: la "welcome week" o semana de introducción en la Stockholm School of Economics y mi primera semana de clase.

Quizás te interese leer:
- Encontrar piso en Estocolmo
- La tríada sueca: piso - trabajo - novia
- La vivienda en Estocolmo: pesadilla sin fin (vivienda de alquiler)
- La vivienda en Estocolmo: pesadilla sin fin (vivienda libre)
- La situación de la vivienda en Estocolmo: mi experiencia

martes, 3 de agosto de 2010

Preludio de la mudanza a Estocolmo: avión, despedidas y alojamiento

Hola de nuevo!

Como iba diciendo en mi post anterior, una vez decidido que mi futuro pasaba por Estocolmo tocaba arreglar todo: billetes de avión, despedidas varias y alojamiento.

Sin duda de las tres tareas la que menos tiempo me llevó fue reservar un billete en avión. Escogí volar con Air Europa por precio, aunque también operan otras compañías como Finnair e Iberia (que lo hacen en código compartido, así que son el mismo vuelo pero muchas veces con billetes a distinto precio). El horario de Iberia era mucho más conveniente, pero cuando la diferencia de precio ronda los 150 euros te da un poco igual coger un vuelo a las 8.00 de la mañana en vez de a las 10.30. Para ahorrar lo máximo posible decidí reservar también el billete de vuelta. En cierto modo te limita conocer de antemano el día que vas a regresar a España por navidad (sí, como El Almendro), pero también te aporta tranquilidad saber que vuelves seguro.
El tema más complicado fue el de encontrar alojamiento, hasta el punto de que me fui a Estocolmo con lo puesto y resignado a pasar los primeros días en un hotel, hostal, albergue o similar. Resulta que hay un pequeño desajuste entre la oferta y la demanda de vivienda  en Estocolmo, sobre todo en el centro de la ciudad. El problema, ya de por sí serio, se ve agravado por la legislación sueca: los precios de venta y alquiler están fijados por el gobierno. Dependiendo de una serie de criterios cada zona tiene asignada una horquilla muy pequeña de precios, así que aunque tengas a 300 personas como locas por alquilar tu piso pagando lo que sea, no puedes pedir el oro y el moro. Eso está muy bien para controlar la inflación y en una situación de normalidad en el mercado inmobiliario, pero no cuando la demanda es diez veces mayor que la oferta.

La universidad ya me avisó del problemilla en la página web, en correos electrónicos, en información que me mandó a casa... pero servidor es un poco pasota y campechano. Ingenuo de mi, pensaba cosas como "qué exagerados estos suecos" o "pobrecitos, se ahogan en un vaso de agua". Resumiendo, para un estudiante internacional encontrar piso en Estocolmo a dos meses vista es tan probable como que te toque el euromillones en el preciso instante en el que te cae un meteorito en la cabeza. El siguiente post lo dedicaré en exclusiva a este peliagudo asunto, así que sólo añadiré que si no tuviera el carácter tan tranquilo que tengo me hubiera dado un algo del colapso de tirarme X días viviendo en un hotelillo en un país extranjero y sin visos de que la situación fuera a cambiar.

Dejemos de lado las penurias para hablar de temas más entretenidos: despedidas. Sí, las despedidas pueden ser muy divertidas, al menos la despedida de tus amigos. Si además tu "fiesta de despedida" coincide con las fiestas de Sigüenza y un amigo tiene una casa enorme en la zona, para qué queremos más. Un fin de semana dedicado exclusivamente a maltratar nuestras entrañas con barbacoas y bebida a cascoporro con todos tus amigos... ¿quién puede pedir más? Encima los capullos de mis amigos me tenían preparada una sorpresa. Yo no soy de llorar, me parece una mariconada y una muestra de debilidad mostrar tus sentimientos en público, pero he de reconocer que aquel día casi se me escapa una lágrima de la emoción cuando vi que habían diseñado una camiseta conmemorativa de mi periplo por tierras nórdicas. Tardé sus buenos diez minutos en recuperarme del shock, lo que explica mi cara de "eto qué e lo que é":


Afortunadamente la cara de sorpresa me duró lo que tardé en beberme mi copa (segundos). Así pude comprobar que no, no estaba soñando y sí, los "pasotas" de mis amigos se habían currado una camiseta en mi honor (veo la mano de David detrás de esta iniciativa, sobre todo por el dibujo). Una vez recuperado, a seguir bebiendo y a salir por Sigüenza, toooda la noche non-stop. Y eso tiene su mérito, porque todo el que haya estado en Sigüenza sabrá que el centro de la ciudad es de todo menos llano. La camiseta la tengo por aquí, y me la pongo y todo; ¡faltaría más!

Por supuesto la despedida de la familia fue harina de otro costal. Por mucho que te hayas tirado los últimos años viviendo en otros países, tu madre nunca se acostumbrará a estar meses y meses sin "su niño". Y no es que sea un "mommy's boy", simplemente mi madre me quiere mucho :) Además irme al extranjero ya crecidito pone a mimadre de los nervios por otro motivo: las chicas. Sí señor, una de las cosas que más miedo le da a mi madre ahora mismo es que me arrejunte con una Sueca y sólo me deje caer por España de pascuas a ramos. ¡Con todos los esfuerzos que ha hecho mi madre por buscarme candidatas por Guadalajara y que terminase con alguna de sus candidatas! (creo que hasta en mi primera comunión estaba moviendo los hilos en este sentido... ¡estas madres!) Al final, despedida de lo más tradicional: media hora de abrazos y demás en el aeropuerto y... rumbo a Estocolmo!

Oh, casi se me olvida. La universidad nos mandó deberes. Sí señor, antes de empezar el máster ya teníamos que hacer un trabajo. Tampoco era nada del otro mundo, solamente elegir un tópico relacionado con los negocios, documentarte, preparar una pequeña presentación y escribir un executive summary. Siendo español me sentía obligado a elegir al grupo Inditex como tópico, para hacer frente al gigante sueco Hennes & Mauritz, también conocido como H&M. Me compré y leí de cabo a rabo el libro "Amancio Ortega: de cero a Zara", una lectura muy interesante, y entregué el trabajo sin mayores problemas.


Proxima parada... Estocolmo!

lunes, 2 de agosto de 2010

Monkey goes to Sweden. Introducción.

Con este blog de nueva creación pretendo relatar mis aventuras y vivencias en la fría Suecia, más concretamente en Estocolmo. Toda buena historia necesita una introducción, por ese motivo la primera entrada de este blog no tendrá nada que ver con Estocolmo, sino con todas las circunstancias que influyeron mi decisión de irme al frío norte.

Allá por el verano de 2009 fui aceptado como estudiante del MBA in General Management por la Stockholm School of Economics, y considerando la coyuntura económica que teníamos por aquel entonces (y que seguimos teniendo) decidí tomarme esta opción muy seriamente. En aquel momento tenía otras dos alternativas: comenzar (o continuar) buscando trabajo en España, y llegar hasta el final en el proceso de selección de KPMG del Reino Unido. Para tomar mi decisión me basé en los siguientes factores:
  • Criterios personales. Irse a vivir a Estocolmo durante (al menos) dos años es complicado. Estás a más de 2.500 kilómetros de tus familiares y amigos, y encima sin compañías low-cost que te permitan dejarte caer por España de vez en cuando. Afortunadamente soy una persona bastante independiente y solitaria (no confundir con antisocial, con solitario quiero decir que no necesito imperiosamente relacionarme con mis seres queridos todos los días). Además ya me he tirado unas temporadas largas viviendo en Austria y en el Reino Unido, así que estoy acostumbrado a vivir en el extranjero y a que nadie hable español.
  • Criterios laborales. El panorama laboral hace un año en España era igualito que el que tenemos ahora: una fiesta de paro y déficit con un futuro negrísimo, un país gobernado por un incompetente que estaba (y está) provocando que la inversión extranjera huya y que no paren de cerrar PYMEs, el motor real de una economía. En esa circunstancia ya puedes ser el Chuck Norris de los ingenieros que lo tienes chungo: las empresas preferirán mantener a su personal cualificado antes que contratar pipiolos casi sin experiencia, y aún así en el inaudito caso de que fueras afortunado tu sueldo sería poco menos que de becario. En cambio en Suecia la crisis estaba pasando casi de puntillas, así que a lo mejor podía incluso encontrar algún trabajo a tiempo parcial para compaginarlo con el máster.
  • Criterios académicos. La SSE (Stockholm School of Economics) es como el ICADE o ESADE de la zona nórdica. Es exclusivamente una escuela de negocio con 100 años a sus espaldas, de la que históricamente han salido casi todos los directivos (suecos) de empresas suecas. Sus conexiones con el mundo empresarial nórdico son enormes, se podría decir que con saber sueco y tener una titulación por la SSE tienes trabajo asegurado. Vamos, la repera. Y estudiar un MBA impartido totalmente en inglés en una universidad top 10 europea algo de caché sí que da.
  • Criterios económicos. Sí, la pasta también importa. Resulta que en Suecia la educación a nivel de máster es GRATIS. Sí señor. Te forman con un nivelazo, te dan clase profesores de verdad y no adjuntos o secretarios como en España, te miman... y todo por la patilla. Claro que así el gobierno sueco consigue atraer a su país a gente muy capaz, lo que se llama invertir en RRHH. Vale que tengo que pagarme todo lo demás (alojamiento, comidas, viajes, etc.), pero en este caso eso no es un gasto sino una INVERSIÓN. Una inversión en mi futuro.
  • Criterios climáticos. Ah amigo, ahí está la gracia. Estocolmo en invierno es la repanocha. No es ya por el frío ni por la nieve. Lo que de verdad puede hundir a un español es tirarse casi 4 meses con escasas 6 horas de luz al día. Sí señor, en diciembre a las 15.00 es noche cerrada.
Con todos los factores sobre la mesa, tocaba tomar una decisión. Ahora bien, una elección tan importante como ésta no se puede hacer a la ligera; estaba en juego básicamente mi futuro personal y profesional, de modo que es recomendable consultar a familiares y amigos. Pero que quede claro: la última palabra la iba a tener yo. Sí o sí. Es mi futuro, es mi vida y es mi decisión, le pese a quien le pese. Si con más de veinte años una persona no es capaz de tomar por sí mismo este tipo de decisiones, que se vaya a llorar a la guardería.

En resumidas cuentas, decidí irme a Suecia. Es bastante evidente ¡si no ya me diréis de qué narices iba a escribir yo un blog hablando de Suecia! Con la decisión tomada, sólo quedaba preparar el viaje, despedirse de todo el mundo como dios manda y buscar alojamiento (uffff). Pero eso lo dejo para mi siguiente post, si es que alguna vez lo escribo. En lo que a escribir de mi mismo se refiere, soy más vago que la chaqueta de un guardia, me da una pereza tremenda.

Hasta la próxima!